COLOMBIA, EL PAÍS
DE LA IMPUNIDAD
Los falsos
positivos, una práctica realizada aproximadamente desde la década del 40
durante el conflicto entre los liberales y conservadores y así a lo largo del
siglo se han suplantado asesinatos en beneficio de las entidades
gubernamentales que al verse desesperados por mostrar resultados ante los altos
mandos militares y el país, deciden optar por esta terrible práctica.
Uno de los
múltiples hechos de falsos positivos ocurrió en septiembre de 2008 once restos de jóvenes de
desaparecidos del municipio de Soacha (Cundinamarca), que tenían entre 16 y 25
años, aparecen en Ocaña (Norte de Santander) como supuestos guerrilleros
muertos en combates con el Ejército Nacional. El país conocía uno de los más
aterradores escándalos de corrupción militar. El hecho recordó que distintas ONG’s
ya habían realizado debido al incremento de ejecuciones extra judiciales
“falsos positivos”
El expresidente
Álvaro Uribe en un principio negaba que el ejército suplantara guerrilleros,
pero ante la presión de los medios de comunicación y familiares de las víctimas, hicieron que la
prensa internacional pusieran los ojos sobre el gobierno Colombiano y la fuerza
pública. Muchos soldados, diplomáticos,
comandantes y generales fueron investigados por la procuraduría dando como
resultado múltiples encarcelaciones, destituciones y abrieron nuevas
investigaciones en contra de políticos y
sus familiares entre ellos el ministro de defensa de aquel gobierno Juan Manuel
Santos.
“El 5 de julio del 2009, Uribe pidió públicamente
perdón a las víctimas de la violencia (entre ellos, claro, los falsos
positivos). Si su petición fue genuina, creía en cierto grado de
responsabilidad de su parte. Por lo tanto, se contradice a sí mismo: dice que
no tiene responsabilidad moral en los falsos positivos, pero al mismo tiempo,
al pedir perdón, acepta implícitamente que la tiene.” Ángel Ribera
Es indiscutible
que las órdenes venían desde la casa de Nariño y que todo estaba planeado, los
atropellos de una fuerza pública que se supone que debe proteger al pueblo
colombiano de los intereses de quienes quieren atentar contra estos y de
políticos ineptos que no saben dirigir un país sino su avaricia por poder y
dinero los ha llevado a ser los causantes del sufrimiento de estas madres
humildes y los cómplices de la muertes de decenas de jóvenes que buscando un mejor
futuro fueron engañados y asesinados por el ejercito nacional.